Mis pecas mas preciadas.

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sábado, 21 de enero de 2012


Quedan tres minutos y medio para ahogar el silencio. Solo tres minutos y medio. ¿Solo? Vamos no nos engañemos. Tres minutos y medio es mucho tiempo. Y poco tiempo. Mucho tiempo comparado con el latido de un corazón. Al silencio le quedan 270 latidos a paso lento. Poco tiempo comparado con la historia del hombre. Al silencio le quedan 2,8 x 10 elevado a -14 instantes. En verdad poco importa. El silencio se ahoga.


Quedan algo más de tres minutos para ahogar el silencio. En algo más de tres minutos puedes decir 60 veces Te Quiero. Puedes dar más de 50 golpes a un cuerpo dolorido. Puedes golpear un alma millones de veces. Puedes ser feliz una o infinitas veces. Pero eso en este momento no es relevante. El silencio se ahoga.


Quedan algo más de dos minutos y medio para ahogar el silencio. Demasiado tiempo si escuchas una canción que no te gusta. Poco tiempo si te paras a mirar a través de tu ventana un día soleado. Poco tiempo si necesitas llegar a tiempo a cualquier sitio. Quizá demasiado si estás viendo como tu vida se va y no puedes hacer nada por retenerla junto a ti. Escucha. El silencio se ahoga.


Quedan algo más de dos minutos para ahogar el silencio. ¿Qué eran dos minutos cuando eras un niño? ¿El tiempo que se tardaba en correr detrás del balón en el centro del campo y meter un gol? ¿El tiempo que tardaban las agujas del reloj en dar las en punto para que sonara la campana y poder salir corriendo del colegio? A veces es mucho, a veces es poco. En este caso ya poco importa. El silencio se ahoga.


Un minuto y medio. El tiempo que tardan en descolgar el teléfono al otro lado. Tu anuncio favorito, ese que esperas ver durante todo el día y después parece un suspiro. En un minuto y medio puedes decir 30 veces lo siento, 22 veces felicidades y desde 90 a 1 vez la palabra gol, dependiendo de como de larga hagas la O. Demasiado a menudo las palabras son superfluas. Ahora también. El silencio se ahoga.


Apenas queda un minuto para ahogar el silencio. 20 suspiros, 15 bostezos y con suerte un abrazo de los buenos. Una lectura apasionante que te ponga los pelos de punta o un simple vistazo al crucigrama del periódico. Todo tiempo es relativo. Como este relato. Podrá ser entendido mejor o peor, podrá llegar más o menos hondo dentro de ti, pero será eso, aproximadamente tres minutos y medio... de mi vida y de la tuya.

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